El bosque templado valdiviano, es una región biogeográfica considerada como uno de los 35 puntos calientes de biodiversidad más importante del planeta por el elevado número de especies que alberga su ecosistema.
Tiene la peculiaridad de ser uno de los lugares con mayor número de endemismos. Es decir, flora y fauna que sólo existen como formas de vida nativas en ésta Ecoregión.
En cuanto a las plantas, el El 90% de sus géneros y el 34% de sus especies son endémicas.
Si hablamos del reino animal, ocurre otro tanto con el 76% de los anfibios, el 50% de los peces de ríos y lagos, el 45% de todos los vertebrados, el 36% de los reptiles, el 33% de los mamíferos y el 30% de las aves.

Otro aspecto singular es que más del 60% de los árboles producen frutos carnosos, que en su mayoría pueden ser consumidos por el hombre. Lo cual es una tremenda suerte para los que vivimos en este maravilloso jardín del edén.
Esto se debe a que, por la razón que sea, estas plantas leñosas decidieron hace millones de años que sus semillas fueran dispersadas por animales para reproducirse y colonizar nuevos lugares. Muchos de ellos pájaros que pueden volar rápidamente a grandes distancias. Es el caso del olivillo, cuyas semillas sólo pueden germinar si antes han sido consumidas por ciertos pájaros, que se sepa, el zorzal patagón (Turdus falcklandii). O el del quintral de maqui (Tristerix corymbosus), una planta que crece sobre las ramas del maqui (Aristotelia chilensis) y que ofrece sus exquisitos frutos al monito de monte para que los defeque sobre las ramas del futuro árbol que será su anfitrión. De sus bayas se extrae un pegamento llamado viscina, La misma sustancia pegajosa que tras pasar por el sistema digestivo de éste simpático marsupial, el monito de monte, hace que sus semillas se queden adheridas a las ramas.
Continuará …
